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Al elegir el calzado para un niño tenga en cuenta lo siguiente:

Lea atentamente toda la información que se presenta en el calzado.

Solicite el talle correspondiente al niño, pruébelo con el niño de pie.

Observe que el calzado presente un espacio extra en el largo de 1,5 cm aproximadamente, con la finalidad de que los dedos no estén apretados y para que el pie no pierda movimiento.

Para niños pequeños se recomienda un buen ajuste (tipo velcro, cordón o hebilla) de fácil cierre, siendo que este no debe llegar a la zona de flexión.

Renueve el calzado cuando observe que el niño, por su crecimiento, necesita un nuevo talle.

Observe el interior del calzado, el mismo debe ser suave, sin costuras ni bordes internos que puedan lastimar el pie del niño.

Intente flexionar el calzado en la zona natural de flexión del pie y trate de torcerlo de derecha a

izquierda. Ambos movimientos deben reflejar la flexibilidad de los materiales que permitan los movimientos del pie.

La suela debe presentar relieves y dibujos multidireccionales para evitar potenciales deslizamientos y caídas.

Observe los materiales de la parte superior (capellada), se debe optar por los “no impermeables y flexibles”, que dejen respirar al pie y no otorguen rigidez frente a los movimientos.

En calzados de material textil o sintético es recomendable que presenten perforaciones para ventilar el pie.

En niños pequeños no se recomienda el uso de calzados con tacos y arco (esto último se debe usar solo bajo recomendación médica)

Revise detenidamente el calzado y su embalaje antes de la compra, recuerde que a veces el fabricante presenta recomendaciones sobre limpieza y/o secado del producto y ausencia de contaminantes.